«Un mal invitado»

Créanlo o no, existe un decálogo del mal invitado. Entre sus normas hay dos que dicen que no debemos sentarnos o comenzar a comer antes que nuestros anfitriones lo hagan, y por supuesto nunca presidiremos la mesa, ese honor está solo reservado para los anfitriones, o no? En 1988 Iron Maiden estaba de gira por Canadá y el 13 de mayo daban concierto en la ciudad de Moncton, el grupo que abría el show (los teloneros), era un grupo rebelde de Los Ángeles que estaban dando a conocer por esa época su primer disco, “Appetite for Destruction”, eran los Guns N`Roses. Durante casi un mes acompañaron a la banda por Canadá y el oeste de Estados Unidos. Tal fue el éxito de la banda californiana que los promotores de la gira llegaron a decir que la cabeza de cartel tendría que haber sido los Guns y no la ya famosa banda británica, que al verse derrotados ante su propio público le retiraron la palabra a Axl Rose y compañía. Hay que tener cuidado a quién invitas.

Eso mismo pensaron los tenistas del circuito ATP en julio del 2001 cuando concluyó Wimbledon. Goran Ivanisevic, primero yugoslavo y luego croata, había llegado a tres finales de Wimbledon, perdiendo una contra Agassi en 1992, y luego dos más contra Sampras en 1994 y 1998. En el año 2001 ocupaba la posición 125 del ranking lo que lo dejaba fuera de cualquier Grand Slam, además una lesión de hombro que lo venía acompañando un par de años y su edad (estaba a meses de cumplir los 30) le hacían plantearse una retirada. Salvo que ese verano recibió una wild card (invitación) de los organizadores de Wimbledon por haber llegado a tres finales.

Como cuando uno se presenta a un examen sin haber estudiado, el zurdo de Split se presentó en Londres sin aspirar a mucho. Las rondas fueron pasando, y Goran iba venciendo uno a uno a sus adversarios. Su padre afectado del corazón lo seguía en cada partido desde la grada y desde Croacia se emocionaban con cada victoria de Goran, que tras vencer se le veía cada vez más confiado. Así llegó a la final frente al australiano Patrick Rafter, se enfrentaba el nº3 del mundo contra el nº125. Tras 5 sets agotadores y el último ganado por 9-7 Goran Ivanisevic se convirtió en el jugador con peor ranking en ganar Wimbledon y el primer wild card en hacerlo.

La última carrera del campeonato mundial de moto GP del 2006, se disputaba en Valencia, y tenía el título pendiente, entre Nicky Hayden y Valentino Rossi, todo se definía allí. El campeonato se lo llevó Hayden, pero esa no fue la única sorpresa de ese día, la carrera la ganó Troy Bayliss. Fue su única victoria en moto GP y lo hizo como suplente de Sete Gibernau. Ese año Troy había salido campeón de Superbikes tras haber estado tres años en el Mundial de Motociclismo sin haber ganado nunca una carrera y cosechando solo 3 podios. Ducati le ofreció la moto que dejaba libre Sete, y éste “invitado” de último momento, el que hace que la mesa de la boda esté más abarrotada de lo normal, se llevó su premio, ganar una carrera en la categoría reina del motociclismo. Lo que no logró en tres años lo consiguió en una carrera, la diferencia entre ir a “trabajar” o “disfrutar”.

Troy Bayliss celebrando su único triunfo en Moto GP

 

Disfrutar era lo que estaban haciendo los jugadores daneses cuando recibieron la llamada más extraña en su carrera. Terminaba la primavera de 1992 y los jugadores de la selección danesa comenzaban sus vacaciones. Ese año se jugaba la Eurocopa en Suecia, y tras una disputada fase de clasificación Dinamarca quedó fuera de la competición. En la otra punta del continente la situación en los Balcanes se había agravado el último año y Yugoslavia no iba a poder participar de la competición, por lo que había que recurrir a otro equipo, en este caso fue Dinamarca. Así fue que en pocos días, algunos volviendo desde la playa se reunieron en la concentración de su selección, todos menos Michael Laudrup, su mejor jugador, que tras haber ganado Liga y Champions con el Barça prefirió continuar sus vacaciones antes que hacer el ridículo con su selección.

En la primera sesión de entrenamiento, su técnico, Richard Nielsen, les dijo que iban a Sueca para ganar la competición, todo rieron, sabían perfectamente que ese no era su objetivo, y tal vez por eso lo consiguieron. Comenzaron empatando a 0 con Inglaterra, luego perdieron con el anfitrión por 1-0, llegaba el último partido contra Francia, y muchos de ellos ya se veían haciendo las maletas para volver a sus vacaciones cuando a falta de 12 minutos Elstrup marca y pone a Dinamarca en semifinales, nada menos que contra Holanda. Los Orange eran los últimos campeones del torneo, llegaban invictos y como primeros de grupo, y en la cabeza de los daneses volvían a dibujarse las palmeras y la playa como próximo destino, salvo que tuvieron que aplazarlo unos días mas. Contra todo pronóstico Dinamarca vence a Holanda en los penales y se mete en la final contra Alemania, la última campeona del mundo. Días antes de la final la concentración danesa era una fiesta, ya daba igual habían conseguido mucho más de lo que habían ido a buscar. Finalmente consiguieron lo que su técnico les había dicho, y tras un extenuante partido contra los teutones, Dinamarca venció 2 a 0 y se convirtió en la selección mas inesperada en ganar la Eurocopa.

 

Les dejo mi humilde consejo, si invitan a alguien, que sienta la presión, porque como se sientan libres serán el alma de la fiesta.

 

Película recomendada: «Foxcatcher» película basada en hechos reales sobre un promotor de deportistas de lucha libre.

• Publicado en: La otra cara del deporte